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El Lissitzky

La cubierta suprematista​

por Cristina Carrera

El nuevo libro exige un nuevo escritor. El tintero y la pluma han muerto. 

El Lissitzky

Cuando se nos presentó la oportunidad de editar una antología de cuentos de Borís Pilniak, nuestra intención fue publicar un libro que no dejara indiferente a nadie. El mensaje de los cuentos que contiene este libro, si bien pudiera parecernos ajeno por su distancia en el tiempo, es en realidad muy actual. La postura de Pilniak era clara: la revolución había llegado demasiado lejos.

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Se nos planteó un gran reto: ¿cómo encontrar una cubierta que impactara del mismo modo que lo hicieron los textos de Pilniak cuando fueron publicados y duramente castigados por el régimen estalinista? Por un lado, sentíamos que la delicadeza y la sensibilidad con la que se describen los paisajes en cada uno de los cuentos y la ternura con la que Pilniak nos habla de las dificultades de sus personajes invitaban a introducir en la cubierta una imagen de paisajes rusos nevados. Sin embargo, nuestra mirada iba hacia algo distinto, algo que aunque no refleje por completo el estilo de Pilniak, bucea en su intencionalidad. 

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La posibilidad de elegir una obra de El Lissitzky (1890-1941) para la cubierta de Antología sin título funcionó en la cabeza de todos. Concretamente escogimos la portada del Cuento suprematista sobre dos cuadrados en seis construcciones, un cuento infantil de doble lectura publicado en 1922, considerado una de las máximas expresiones del suprematismo y el constructivismo ruso, dos de las vanguardias que estaban en auge en la época. Bajo el disfraz de esta historia sobre dos cuadrados, uno rojo y uno negro, donde se buscaba que los niños pudieran explorar las figuras y estimular su interés por la pintura, se esconde algo mucho más complejo. «Historia de dos cuadrados» nos cuenta la historia de dos cuadrados, uno rojo y uno negro, que llegan a la Tierra (un círculo rojo) y se encuentran con un caos negro. Ante esta situación, el cuadrado rojo, revolucionario, decide comenzar a crear un mundo nuevo sobre el cuadrado negro, lo cual a este último no le gusta y decide huir.

Ambas obras surgen como reacción al contexto en el que se vieron envueltos: la Revolución rusa. Creemos que el contraste entre la representación expresionista de la naturaleza de Pilniak y la abstracción geométrica del  suprematismo favorecen el impacto e invitan a la diversidad de lecturas. Tanto la literatura de Pilniak como el suprematismo en la obra de El Lissitzky muestran esa visión radical que estábamos buscando.

Espacio: lo que no se ve por el agujero de la cerradura, lo que se ve con la puerta abierta. El espacio no solo existe para la mirada, no es un cuadro (visible); se quiere vivir dentro. […] No queremos el espacio como tumba decorada para nuestro cuerpo vivo.

El Lissitzky

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